ropa interior de época

En esta nueva entrada os hablaré de la ropa interior en la época de la vuelta del polisón, es decir entre 1.883 y 1.889. Aunque las fechas nunca son absolutas ni todas las mujeres rabiaban por la misma estética se puede decir que durante estos años se llevaron los culetes más grandes de la historia.

Veamos como llegamos hasta aquí.

La silueta en su contexto

Las primeras estructuras metálicas para dar soporte y volumen al traje femenino surgieron a mediados de los 1.850s y tomaron el nombre de crinolinas (también miriñaques en español) aunque anteriormente ya se usaba este término para referirse a un tejido rígido mezcla de lino o algodón y pelo de caballo o crin que se usaba en las enaguas.

Un poco de humor de época

Las crinolinas tenían forma redondeada y ante todo muy voluminosa, su bajo podía alcanzar los 6 metros de contorno, y eran a menudo objeto de burla. Lo cierto es que de todo nos cansamos (no solo en moda!) y a finales de la década de 1.860 la crinolina evolucionó.

Ya fuese porque las mujeres se hartaron de no poder pasar por una puerta fácilmente o porque algún diseñador decidió innovar la crinolina se aplanó por los costados concentrando el volumen en la parte trasera.

El ejemplo de las fotos, de alambre de acero y cinta de algodón, data de 1.870

https://www.metmuseum.org/art/collection/search/105040

Este primer periodo del polisón duró de 1.868 a 1.876 aproximadamente para desaparecer temporalmente durante la llamada era de la «forma natural» en la que lo deseable era precisamente mostrar una silueta más fiel al cuerpo sin volúmenes creados. En algunos casos se usaba una versión con una función distinta que únicamente contaba con aros en la parte inferior para ahuecar el bajo de la falda y caminar con más comodidad sin que la tela se enredase en los pies.

Vuelve el polisón

Efectivamente tras unos años de «contención natural» el polisón tuvo su revival entre 1.883 y 1.889 y después desapareció para no volver.

En la siguiente foto podéis ver algunos polisones de distintos estilos en este catálogo de 1.888. Los había para todos los gustos. Los destinados a atuendos más discretos y livianos eran cortos, con volantes de crin, muelles o varillas. Aquellos que debían soportar mayor peso, por ejemplo para faldas con drapeados y muchos adornos, los polisones largos en forma de cola de langosta eran los más apropiados.

En mi caso decidí reproducir uno de estos usando, al igual que para las enaguas y cubrecorset, sábanas familiares recicladas aunque me pica la curiosidad para en el futuro hacer uno de los pequeñitos de alambre también. Intuyo que son más cómodos a la hora de estar sentada. Y sí, aun con uno de los largos nos podemos sentar perfectamente 😀 es una pregunta que me hacéis mucho. Los polisones, todos, son plegables. Lo que pasa es que los largos son obviamente más aparatosos y los pequeños, que no pasan del trasero, no hace falta plegarlos. Si lo pensáis, por mucho que las mujeres de antaño estuviesen acostumbradísimas a vestir así, es impensable que no pudieran sentarse a lo largo del día, no os parece?

Ropa interior de época… capa a capa

A continuación os comparto las fotos de la última sesión con Marian, Arantxa y José. Fijaros en la ropa, no en mi pelo jjjj Si ya de por sí soy torpe ese día tuve poco tiempo, los rizos no me aguantaron y desistí de hacerme ningún peinado.

Empezamos! Lo primero que se pondría sobre la piel una dama en 1.885 es la camisola y los pololos.

Ropa interior de epoca
Fotos de José San Francisco

Esta prenda no es del todo histórica. La confeccioné para mi primer traje (1.912) y sigue la moda de entonces cuando camisola y pololos se combinaban juntos para mayor comodidad, sin embargo si no me equivoco en los 1.880s aún se llevaban separados.

La camisola servía para proteger la piel del corset y éste del sudor, en esta década debería tener tirantes pero los lacitos son muy cómodos porque una vez puesto el corset se pueden soltar y esconder así que me vais a permitir que me tome esta licencia jijijij. Los pololos llevaban la bragueta abierta para poder ir al WC ya que una vez colocado el corset ya no se pueden bajar como hacemos con las bragas modernas.

Siguiente capa: mi debilidad. Ay… los corsets… Me encantan. No es la prenda más cómoda pero no se merecen la mala prensa que les crearon.

Catálogo Altman de 1.884

En esta década se llevaba el cierre delantero de tipo cuchara que hacía una tripita redondeada muy cuqui. El mío lo hice con uno normal porque es lo que tenía por casa pero reconozco que me gusta más el otro, algún día lo probaré. En cualquier caso los dos son correctos como podéis observar. En la foto del centro me gustaría que os fijaseis en los rellenos o mejoradores del busto (aún no se pueden llamar sujetador) porque en mí no los veréis jijiji mi relleno natural ya es suficiente para la silueta de la época. Resulta que tengo un cuerpo muy victoriano… los patrones históricos apenas los tengo que modificar al adaptármelos. Mola para esta época… pero no para los años 10 y 20. En fin, cada una tenemos un cuerpo y es el nuestro. Y en todas las épocas han existido todo tipo de cuerpos en realidad 😉

En fin, que me disperso. Os dejo con las fotos de Marian Banderas y mi corset de 1.888 a partir de un patrón histórico.

holaaaa??? este pivón soy yo??? :O

Detalle del corset con el flossing o bordado, que más allá de embellecer la prenda servía para sujetar las varillas en su sitio y de paso reforzar la tela para que no se rasgase.

Foto de José San Francisco

Llegamos a la estrella de esta silueta: el polisón. Para éste utilicé unas sábanas bordadas de mis abuelos paternos de los años sesenta y como veis es perfectamente plegable.

Nótese el ángulo de 90º que el polisón crea respecto a la espalda.

Fotos de Marian Banderas

Sobre el polisón se lleva la enagua que solía contar con volantes para dar mayor volumen a la falda.

Foto de Marian Banderas
Foto de José San Francisco

Para las enaguas también usé sábanas recicladas, en este caso de mis Sres. Padres de los años 70. Los embozos bordados me sirvieron para los volantes del trasero

Foto de Marian Banderas

Y finalmente el cubre corset, que ya os lo enseñé el año pasado porque es que le confeccioné a partir de las sábanas que mi abuelita bordó para su ajuar en 1.933 y con las que me hice las preciosas enaguas del conjunto de 1.898. Los cubre corset en esta década se llevaban muy ceñidos y para el mío me inspiré en éste de la colección del MET que data de 1.888.

Hasta aquí el repaso de la ropa interior en la época de la vuelta del polisón. En las siguientes décadas éste se sustituyó por un discreto cojín que realzaba el trasero y en algunos casos también las caderas, según la forma del cuerpo de cada mujer.

Ahora os dejo con Montse, la asesora de vestuario de la Asociación de Modernistas de Cartagena de Levante, que os lo enseña con mucha gracia y simpatía para que no os canséis de verme solo a mí 😛

Conjunto de lencería 1.900 realizado por Montse. Bajo la enagua lleva unos pololos ideales a juego.

I Desfile Golfo de Bilbao.

chin-chin por la amistad y la poca vergüenza!

Links de interés:

El vestidor modernista de Montse https://www.facebook.com/profile.php?id=100082945284975

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