En mi última entrada sobre la historia del corset os adelantaba que escribiría sobre lo polémico de esta prenda. Ha llegado el momento de desmontar mitos y meterme quizás en un fangal… Verdaderamente causaban todos los males que se les atribuían? Eran un método de control del hombre hacia la mujer? Lo vestían en contra de su voluntad? Veamos…

Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que nunca se puede generalizar con ningún colectivo entonces ya partiendo de ahí es un error sentenciar que todos los hombres tal y todas las mujeres cual. Veremos que había usuarios, partidarios y detractores en los dos grupos y como suele ocurrir entre las posturas más extremas muchas personas quedaban en un término medio de aceptación indiferente. Vamos, que no le daban tanta importancia.

Tampoco deberíamos juzgar con nuestros ojos y experiencia contemporáneos lo que en otras épocas podría ser cómodo o incómodo, lógico o absurdo, justo o injusto. Y sobre todo, que muchas cosas no han cambiado apenas, aunque pensemos que sí. De verdad un corset difiere tanto de unos zapatos de tacón? Yo creo que no…

Lee mi entrada sobre la historia del corset desde su origen hasta los 1.910s https://vistiendolahistoria.es/historia-corset/

Fashion victims de época

A veces miramos al pasado con cierta condescendencia y queremos pensar que ahora hacemos las cosas mejor. «Oh, esas mujeres, cuanto sufrían por agradar a los hombres. Con el corset apretadísimo para reducir la cintura no pueden ni moverse ni respirar» Claro que esto no era así exactamente…

Es cierto que en décadas anteriores el ideal de belleza partía de una cintura estrecha, pero ésta se conseguía de varias maneras. Como explicaba en mi anterior artículo las mangas anchas y faldas de gran volumen contribuían visualmente a ello. Es leyenda urbana que en la era victoriana se extrajesen las costillas para reducir el talle, pero es bien real que hoy en día algunas mujeres se someten a cirugía estética para adelgazar o modificar su silueta. También recurrían a rellenos de pecho y caderas. Los primeros se siguen usando con toda normalidad. Los segundos no tanto, al menos en forma de almohadilla como antaño. Pero acaso no hay mujeres ahora que se inyectan silicona para aumentar sus curvas? Todas estáis pensando ahora mismo en cierta celebrity y lo sabéis jajajaj. Igual no hemos cambiado tanto?

Por no hablar del retoque fotográfico que ya existía. No lo hemos inventado nosotros!

Contrariamente a lo que se cree lo habitual era una reducción de cintura de unos 5 cms y eso equivale a meter un poco de tripa, nada más dramático que eso. Quién de nosotras (y nosotros) no mete tripa para salir mejor en la foto o cuando ve a su crush??? O para poder entrar en ese vestido/ pantalón divino de la muerte? Unos más y otros menos… pues como antaño. Según la situación o el gusto de la portadora el corset se apretaba más o menos. Las jóvenes tendían a ceñirlo más porque los cánones de belleza ideal pesaban más sobre ellas. Para practicar deporte o antes de un banquete el corset se aflojaba un poco y para un baile u ocasión especial se podía apretar un poco más. Etc, etc.

La mayoría de las mujeres daba un uso cabal al corset: les soportaba el busto cuando aún no existía el sujetador y apretándolo un mínimo afinaban el talle y aplanaban un poco los michelines. El objetivo era ese, no el de reducirse 3 tallas. Nada absurdo o inasumible. Lo comparable a llevar hoy en día un calzado de tacón moderado: son bonitos, te favorecen, te hacen más alta… podrías estar más cómoda con un par de zapatillas pero oye, tampoco es el fin del mundo y compensa lo bonitas que te hacen las piernas. Algo así como verte más estilizada apretando un poquillo el corset.

Mujeres florero

Aquí os dejo unas fotos de mujeres reales en distintas situaciones: cantando, preparadas para el deporte, de fiestuki y en la esquina inferior izquierda tenemos hasta una pelea de borrachas en 1.902.

La sociedad en aquella época era puritana y estricta en lo tocante a las relaciones sociales y la mujer además estaba supeditada al hombre. Carecía del derecho a voto, a acceder a algunos empleos… en nuestros días esto no es aceptable. O no debería serlo.

historia del corset
Mujeres «florero»???

La lucha feminista es necesaria para garantizar que los dos géneros tengamos los mismos derechos y oportunidades. Ahora bien, no podemos caer en el error de pensar que la mujer en los siglos pasados, y todas ellas por igual, llevaban vidas infelices sometidas al corset y recluídas en casa por sus maridos. Dentro de lo «decente» las mujeres disfrutaban de vida social, de pasear y tomar café con las amigas, de ir de compras o confeccionarse ropa maravillosa en casa, de ir a fiestas con sus maridos, practicar deporte… y por supuesto trabajar. Las trabajadoras manuales y el servicio doméstico también vestían corset. Y curiosamente cuando la mujer consiguió ocupar puestos «de hombres» en oficinas, periódicos o incluso en política quienes habían vestido corset siguieron haciéndolo. Recordemos que las sufragistas lucharon principalmente por el derecho al voto y no tanto por los cambios en la indumentaria.

Como todo en la vida esta prenda tuvo su apogeo y declive. No, no hubo una revolución que nos «liberó» de él ni en los años 20 ni nunca en realidad. Ni siquiera desapareció sino que se transformó en lo que hoy conocemos como faja respondiendo de forma natural a los cambios sociales. Pero no solo deberíamos tener el ojo puesto en el corset. La indumentaria, en general, se simplificó como parte de su evolución continua. Las enaguas, pololos y camisolas se transforman en sencillos «teddies». Las nuevas fajas (que tampoco eran mucho más cómodas) modelaban otras partes del cuerpo y se combinan con sujetadores, que a su vez evolucionarán a lo largo del s.XX según los dictados de la moda. Desde aplanar (bandós), dar forma puntiaguda (bullet bra), separar el pecho y colocarlo casi a la altura de la garganta (wonderbra) ¿acaso eso es más natural que las mini cinturas? El ideal victoriano de mujer se transforma… distinto canon tal vez, pero la mujer seguirá adaptándose a él (o no) en la medida que cada una considera oportuno.

Volviendo a la comparación con el calzado… hace 50 o 100 años casi todas las mujeres en entornos urbanos, profesionales o de un mínimo de formalidad vestían zapato, y muy habitualmente de tacón. Las zapatillas serían impensables fuera de un entorno deportivo o playero. Hoy en día, en pos de la comodidad, vestimos falda o abrigo con zapatillas deportivas y lejos de no pasar nada puede resultar hasta estiloso. Quien lo desee puede relegar los zapatos de tacón a ocasiones especiales… o a nunca, directamente. Qué pensaría Monsieur Dior de todo esto??? Pues que la moda evoluciona. Y si la tendencia nos llevase a abandonar por completo los zapatos de tacón (dudo que ocurra, pero si ocurriese) qué dirían nuestras descendientes dentro de 300 años? «pobrecillas, como podían llevar tacones? qué suplicio más innecesario»… » vaya tortura»… «qué absurdas las modas del pasado»…

Entonces hoy ya no llevamos «corset»? Imaginad… Terminas tu postre, repetirías, tripitirías y de hecho te comerías hasta los postres de la mesa del fondo. Pero te cortas porque estás empezando la operación bikini / tienes boda la semana que viene / te ha salido algo de papada. Hay quienes comen sano… y luego están quienes viven permanentemente a dieta para entrar en una talla que no les corresponde en realidad. Otro ejemplo. Te quedarías toda la tarde vagueando en el sofá… pero en su lugar vas al gimnasio a quemar calorías. La forma física y la salud son objetivos muy nobles pero de verdad son nuestra motivación principal para sudar en un bunker con máquinas / correr por las mañanas con frío y lluvia… o buscamos una recompensa estética? Hay quienes hacen ejercicio moderado por salud y quienes caen en la vigorexia y se pasan de vueltas. Creo que estos son ejemplos de corsets modernos y la forma en la que nos los apretamos más o menos.

I feel sexy

En mi última entrada explicaba que a finales del s. XIX los corsets alcanzaron su apogeo de ventas pues la producción en masa hizo asequible una prenda hasta ahora propia solo de las clases altas. Los había sencillos y funcionales pero otros eran auténticos objetos de deseo: un corset de seda, bordado a mano y adornado con fino encaje francés hacía suspirar a algunas mujeres igual que un par de Manolos a Carrie Bradshow décadas después. Pero había otro motivo para que lejos de verse obligadas lo vistieran voluntariamente. El corset tenía y sigue teniendo una gran carga erótica y eso, queridas, forma parte de nuestra sexualidad. Y los hombres pueden intervenir en ello… o no.

El corset de satén, un mito erótico, aparece en muchos cuadros de impresionistas como Manet.

Por una parte la prenda resalta nuestras curvas, potencia las virtudes y esconde los defectillos haciendo más apetecible el cuerpo. Por otro lado está la fantasía de dominación / sumisión y su asociación al acto de ceñir el corset. La rectitud, la disciplina…No os descubro América si digo que hay personas que disfrutan atando o siendo atadas por su partenair sexual sin que ello esconda ningún oscuro trauma. Todo correcto mientras exista consentimiento. Los fetichistas, el BDSM y quienes se apretaban el corset buscando una modificación corporal extrema ya existían cuando aquello pero eran una minoría. La mayoría de las personas consideraban el corset seductor y coqueto y lo asumían con normalidad.

Entonces tenemos que algunas mujeres consideraban empoderante vestir una prenda favorecedora y sensual, para nada tan incómoda como podríamos pensar ahora, que era un arma más de su sexualidad y que servía para atraer a otras personas a su alrededor y posiblemente tener tema con ellas. El amor y el sexo mueven el mundo pero no giran entorno al hombre y la heterosexualidad. Ni ahora ni antes. Las mujeres también buscaban agradar y acostarse con otras mujeres. Aunque fuese tabú!

No olvidemos tampoco a los estilosos dandies, ellos también llevaban corset y eran hombres. Entonces por qué verlo como una imposición del hombre a la mujer? Por cierto, os habéis parado a pensar cómo vestían los hombres en la época del corset? Admito que el blog trata sobre todo de la moda femenina, sorry, pero así resumiendo: dobletes, chaleco, corbata o pañuelo, cuellos altos y almidonados, siempre con sombrero… No nos equivoquemos, ellos tampoco vestían cómodos y holgados. Que no llevasen corset, al menos de forma equiparable a nosotras, no quiere decir que lo estricto de la sociedad de antaño no se plasmase en su atuendo igualmente.

Dejemos de considerar la moda como una batalla de sexos puesto que se trata de personas, modos de vida y preferencias y dejemos de ver el corset como algo impuesto a las mujeres por malvados hombres opresores. De hecho quienes solían obligar o convencer de las bondades de su uso eran las madres y abuelas de las mozas casaderas que temían por su reputación y buscaban asegurarles un buen marido.

Fetichismo y tight lacing

Volviendo al fetichismo y al tight lacing había quienes presumían y aireaban estas prácticas. La revista The Englishwoman’s domestic magazine se dirigía a un publico femenino de clase media o media baja y publicó 150 cartas entre los 1860s y 70s supuestamente testimonios en primera persona en las que sus protagonistas relataban con todo lujo de detalles sus experiencias. Pero se les puede dar credibilidad? Supongo que la misma que a cualquier cosa que se leemos en RRSS. No, seguramente no serán significativas de la realidad del uso del corset pero sí de las fantasías de muchas personas.

Quienes vivíamos en España después de la dictadura recordaremos seguramente los relatos erótico morbosos y el consultorio de la revista Vale. Cuesta creer a juzgar por el vocabulario empleado que las cartas correspondiesen a adolescentes pero oye, número tras número ahí estaban unas desconocidas contando sus andanzas en unos términos que hacían sonrojar a la más lanzada.

En la EDM se recogen testimonios de tight lacing en internados en los que suelen intervenir bellas pero autoritarias institutrices que encaminan hacia la rectitud a niños rebeldes. O mujeres que reducen su cintura hasta los 40 centímetros o menos. Esto último no sería imposible para algunas mujeres muy jóvenes y muy delgadas pero resulta difícil de creer para la mayoría si tenemos en cuenta las medidas de las piezas que han perdurado hasta nuestros días o de los libros de patrones de la época.

Los corsets de finales del s.XVIII en Colonial Williamsburg miden entre 61 y 76cm. En el s.XIX los producidos en masa se ofrecían en tamaños que iban desde los 45 a los 76cm o mayores por encargo. Los de la Symington Collection van desde los 55 a los 60. Es normal que los más modernos sean más pequeños pues los avances técnicos de los que ya hablé en mi última entrada permitían apretarlos más. The family herald en 1.848 publicó que la mujer debería medir entre 68 y 73 cm (tal cual, en mi caso), pero muchas mujeres no se permiten pasar de 61, cientos de ellas de 53 y algunas menos de 51.

Es necesario tener en cuenta que los corsets no se llevaban totalmente cerrados sino con una separación en la espalda de 5 cms o más, es decir los mencionados arriba albergarían cinturas por lo menos de entre 50 y 80 cms para mujeres de todas las edades. Incluso niñas, pues éstas comenzaban a usar corsets a la tierna edad de 2 años para corregir espaldas débiles y futuras posturas viciadas. También los niños hasta los 6 – 8 años los llevaban. Entonces estas medidas ya son más creíbles que los 40cms de los testimonios de mujeres adultas de las cartas de la EDM o de los alegatos de ciertos grupos de fetichistas como las Votaries of tight lacing.

En contra

Muchos de los detractores del corset, tanto hombres como mujeres, provenían de entornos muy religiosos. Por una parte estaban los super puritanos quienes eran conscientes de su carga erótica y veían con disgusto como la prenda que debía significar rectitud y virtud acababa aumentando el atractivo sexual de la mujer y provocando todo lo contrario.

Nótese el bastón de él sobresaliendo por entre las prendas.
Ejem, ejem…

El cuadro Rolla de Henri Gervex fue un escándalo allá por 1.878. No por el hecho de que la pareja acabe de tener sexo o por la desnudez de ella (el desnudo era un tema recurrente en el arte culto) sino por que en la silla puede verse su corset, rojo para más inri, entre las demás prendas interiores e incluso deducir en qué orden se han ido despojando de la ropa los amantes.

Grupos religiosos como los cuáqueros de los entornos rurales de EEUU en los que la mujer trabajaba la tierra junto al hombre abogaban por una equiparación y simplificación de los atuendos para sentirse más cerca de dios.

También los reformistas del vestido y movimiento del vestido artístico se oponían a su uso y optaban por un estilo de ropa sin parafernalias como los polisones ni corsets, más holgados, de líneas sencillas y clara inspiración medieval / pre rafaelita o renacentista.

En el modelo de la derecha el talle de nido de abeja se ajustaría al cuerpo de forma flexible sin la rigidez del corset.

Reform dress 1.895, V&A Museum

Los médicos y médicas se oponían a su uso en base a una serie de asunciones que no siempre partían de pruebas médicas rigurosas y hoy en día sabemos que muchos de los males atribuidos en realidad eran producidos por otros motivos. Como la tuberculosis, que la origina una bacteria. Se llegó a decir hasta que producían hijos feos y débiles, muerte prematura en la mujer… vaya, si esto fuese cierto los occidentales nos hubiésemos extinguido hace dos siglos, sin embargo las mujeres tenían hijos, nitos, llegaban a viejas, etc. De hecho el número de abortos no varió al dejar de usarse corset.

También se les atribuía causar histeria, desmayos y asfixia, pero esto era real? Por un lado la mujer desvalida que se desmaya y necesita la protección del varón es otra fantasía sexual para algunas personas. Por otro hubo hombres que no se cortaron de mostrar públicamente su desprecio hacia el sexo débil. Si no era el corset entonces eran los sombreros grandes, la crinolina o que montábamos en bici, pero viendo sus publicaciones rezumando condescendencia y tonito de superioridad parece más bien posible que aprovechasen cualquier cosa para ridiculizar a las mujeres y hacernos quedar como seres superfluos, poco inteligentes y vanidosos.

Con los medios e información de la época los físicos podían poco menos que especular sobre algunas cosas, sin embargo se sentían en la obligación de dar diagnósticos y causas de muerte. La solución muchas veces era echar la culpa al corset. Recomiendo leer a la historiadora Valerie Steele para saber más sobre este tema. En su libro The corset a cultural history explica, entre otros, el caso de una chica joven que al morir súbitamente el médico lo atribuye a un fallo cardiaco provocado por el corset, pero todo esto sin autopsia ni prueba de ningún tipo. Suposiciones como ésta, con mejor o peor intención, contribuyeron a crear una mala fama a esta prenda.

Sobre el desplazamiento de los órganos se exageró. La mayoría de las mujeres no dormían con corset, y las pocas que sí usaban corsets especiales más flexibles. En sus casas en condiciones de intimidad bajo los vestidos de té tampoco. Los órganos volvían a su lugar durante estos periodos sin que se demostrase ningún daño a la salud.

Pero todo esto no quiere decir que los corsets fuesen inocuos. Podían causar abortos si se apretaban demasiado ya fuese por accidente, por intentar ocultar un embarazo… o para abortar deliberadamente. También contribuían al atrofiamiento de los músculos del abdomen, aunque en el corto plazo podían aliviar los dolores provocados por una postura incorrecta a la larga eran contraproducentes.

Las recreadoras modernas hablamos

En los últimos años la polémica se ha acrecentado tras las declaraciones de algunas actrices que alegan haber sufrido problemas y haberse sentido realmente incómodas por llevar corset durante los rodajes. Desmayos, problemas de piel, no poder comer o incluso rollos emocionales. Sin poner en duda sus testimonios (por qué habrían de mentir??) me gustaría preguntarles sobre sus corsets. Efectivamente son una prenda que restringe el movimiento y hoy en día no estamos acostumbradas. Pero una pieza correctamente patronada a medida de una no tiene por qué ser incómoda. ¿Se los diseñaron bien? ¿Los apretaron poco a poco, sobre todo al principio, o intentaron una reducción drástica de una sola vez y con todas la prisas de un rodaje? Un fallo de vestuario recurrente en el cine es obviar la camisola y colocar el corset en contacto con el cuerpo. ¿Como no les van a quedar marcas o irritarse la piel?

A raíz de todo esto un montón de recreadoras de primer nivel como Bernadette Banner comenzaron a difundir videos realizando cualquier actividad ataviadas con sus corsets sin sufrimiento de por medio. Yo también compartí varios míos conduciendo con mi traje de 1.898 o jugando al croquet con el del 1.912, ambos con su correspondiente corset histórico y demás prendas interiores. Las recreadoras modernas podemos pasar muchas horas vestidas, de pie, con calor, desfilando… y nuestros compañeros recreadores también, no nos olvidemos. Aunque es innegable que la moda actual es más práctica no se puede acusar al corset de impedir la vida normal.

Así que Emma Watson, Nicole Kidman o Keira Nightley… llamadme cuando queráis un corset chulo y cómodo 😉 😉 😉

Referencias:

The corset, a cultural history y Fetish de Valerie Steele

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