Este fin de semana he estrenado mi nuevo traje de amazona victoriana en los Baños de ola de Santander. En mis planes no aparecía liarme con un traje de montar a estas alturas del año peeero una cosa me llevó a la otra y visto el resultado me alegro de haberme animado jiji
La culpable
Todo empezó hace un año cuando vi en una página de subastas. Una chaqueta de caza de la marca Redfern de principios de los 1.890. Como no me puedo permitir las 800 libras que costaba… me la cloné!
Para mi versión elegí una loneta que tenía por casa de inspiración chinesca que no podría gustarme más… la tenía comprada desde hacía tiempo y me pareció perfecta para esta prenda. Usé terciopelo marrón para los cuellos y bolsillos y lazos marrones y granates en los puños.
En cuanto al corte lo mantuve tal cual para respetar al máximo la silueta concreta de esta época. Las grandes solapas, el corte diagonal en el talle o los pliegues traseros (central y dos laterales) que dan amplitud detrás para cabalgar más cómoda.
El traje de amazona
El traje de amazona como tal surgió a mediados del s.XVII. Hasta entonces las mujeres cabalgaban al igual que los hombres y llevaban pantalones masculinos y una enagua por encima que se desabrochaba a necesidad. Fue en el siglo siguiente cuando las mujeres comenzaron a montar de lado y ya el el s.XIX habría sido un escándalo no hacerlo.
En los inicios el traje de montar seguía un estilo eminentemente masculino. De hecho hasta 1.700 eran confeccionados exclusivamente por sastres y no por modistas. Las chaquetas se llevaban muy entalladas y en algunas épocas como regencia con clara inspiración militar.
También los complementos eran abiertamente masculinos. Eran parte del traje de caza o amazona la corbata, la camisa blanca de cuellos altos y el sombrero tipo chistera de seda que en el caso de las mujeres se solía decorar con una pluma o velo, éste último muy útil para proteger del polvo.
Las telas más comunes eran la lana y el algodón por su confort y durabilidad. También el terciopelo de seda para los más adinerados. Era habitual tener varios trajes, de más casual a más elegante según la ocasión pues la etiqueta no era la misma para cabalgar por el campo que por los parques de Londres.
Los colores preferidos eran los oscuros para disimular la suciedad y algo más claros en verano.
Dicho esto… puedes distinguir el traje de montar entre los demás atuendos de día? Sin tener en cuenta la fusta 😉
Mi traje de amazona victoriana
La primera prueba de la falda en tela morena fue muy bien y apenas tuve que hacerle modificaciones
Las faldas de montar hasta mediados del s.XIX presentaban numerosos pliegues en la cintura y mucho volumen en el bajo. Y llegamos así al tipo de falda que he reproducido en mi traje de amazona victoriana: la falda asimétrica. No encuentro fechas concretas pero entiendo que surgió en algún momento de los 1.870s en vista de este ejemplar de 1.875 en posesión del MET y se mantuvo de moda hasta los 1.890s cuando fue reemplazada por la falda de seguridad Hayes.
Estas faldas asimétricas tenían más volumen por el lado derecho para poder montar de lado y se plegaban hacia atrás para caminar con ellas. Para ello contaban con un botón a la altura de la rodilla derecha que se ataba al centro trasero por lo que pasar de una forma a otra era rápido y sencillo. El cierre abotonado se situaba a la izquierda. Se llevaban pantalones por debajo de estas faldas para abrigo y para evitar revelar la ropa interior en caso de caída, aunque en mi caso los he obviado al menos de momento en verano.
Para mi falda adapté a mis medidas un patrón de 1.895. Elegí una tela lisa de algodón con buen cuerpo pero que no fuese demasiado gruesa para que se plegase bien y un forro granate de acetato.
Para mayor cuerpo en el dobladillo sin usar crin (por si resultaba demasiado rígida para el drapeado) le hice estos pespuntes bordados con hilo de seda con mi máquina de coser. Un pequeño guiño a la modernidad para ahorrar tiempo 😉
El bajo lleva un cinta de protección cosida a mano algo más estrecha de lo habitual porque me quedaba la tela justa y por no darle más peso a la falda que de forma habitual va a ir plegada a la espalda.
Las faldas de montar entonces llevaban un estribo de elástico cosido en el interior para pasarlo por el pie derecho y sujetar la falda en su sitio y que no volase al cabalgar. Mi patrón no indicaba su posición así que lo tengo pendiente y si algún día la pruebo en un caballo lo colocaré in situ jjj
Bajo la chaqueta se llevaba habitualmente camisa blanca de algodón con cuellos altos y corbata o pañuelo al cuello, todo muy sobrio y masculino. Mi camisa es moderna y el pañuelo de gasa negra era de mi Sra. Madre cuando era joven.
Por debajo llevo mi conjunto de ropa interior 1.880s excepto la enagua. El corset de hecho es un modelo para montar a caballo, más bajo por la espalda.
Los complementos
Los guantes debería llevarlos de color blanco si queremos ser 100% correctos pero no los tenía a mano y opté por los marrones que además eran de mi abuelita.
El sombrero de fieltro es hecho por mi inspirado en los bombines de la época que comenzaron a llevarse en los conjuntos de amazona a finales de siglo y los sombreros bajos de la siguiente ilustración. Lo hormé en un molde de sombrero andaluz, le reduje la altura de la corona y lo rematé con bies de la tela de la chaqueta. El arreglo de plumas y tul trasero viene a representar las alas o a veces el pájaro al completo con el que era costumbre decorar los sombreros en los años del cambio de siglo.
